Ayer me relajé y estuve con amigos que me trataron como un rey. Me recogieron y dejaron en la puerta de casa, cocinaron para mí he hicieron cocktails para mí, tocaron y cantaron y me dejaron estar escuchar sin pagar entrada, pusieron una playa-paraíso vacía para que la disfrutara. Y no pidieron NADA a cambio. Hoy me he levantado tarde con dolor de cabeza, y me siento culpable por no haber hecho prácticamente nada. Y me siento culpable. A veces, este pequeño católico que soy, se siente un poco calvinista. GRACIAS no me parece suficiente. Todo lo que no sea trabajar para dar y devolver me parece pecado.

nicanorcardenosa